Deseo por tenerte me sedujo
la brasa que define tu figura.
Tu risa, tu mirada, tu ternura
son ecos inocentes de tu embrujo.
A sendas celestiales me condujo
dejando mi camino de herradura
la fragua de tu cuerpo que fulgura
el antes y el después de cada flujo.
Festines de pasión incontenida
convidas a mi piel en cada tacto,
yo arribo con el hambre a tu medida.
Colmados de nosotros, nuestro pacto:
tu vuelves al vacío que te anida
mis pasos al umbral de lo inexacto.
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